sábado, 7 de mayo de 2016

Felicidad relativa

Creo cada día más necesario, el aprender a ser felices de una manera constante... inalterable...¿y a qué refiero?

¿No os ocurre, que vuestro nivel de felicidad siempre está fluctuando?

Y podréis pensar y contestar:

"Bueno, es natural. Unos días te sientes feliz y otros no.  Unos días más, y otros menos. Y otros nada feliz. Otros sin embargo, ¡estás que se te sale la felicidad por cada poro del cuerpo!"

Pero... es que mi forma de entender esta situación, no es así. Yo no veo natural esos constantes estados alterados del Ser.

Entiendo esa postura o vía de pensamiento generalizado... pero lo veo muy neurótico. Más bien como un triste consuelo para soportar mejor las bofetadas de la vida. Una excusa.
Nada profundo, ni transcendente. Más bien... ¡lo veo de locos!

Un día te sientes perfectamente bien y al otro sin motivo aparente (o con motivo me da igual) te sientes terriblemente deprimido. En un vaivén que nunca termina... a lo largo de los años. Prácticamente desde que naces hasta que mueres.

Un bebé puede estar llorando desesperado y al momento siguiente reírse incontroladamente. Tiene su sentido, pues se basa en necesidades primarias como el hambre, el frío, el calor,...etc....

Aunque nótese, que los bebés también lloran si les falta amor.
De hecho hay estudios que demuestran que aquellos bebés que reciben menos amor, o que éste brilla por su ausencia, de mayores serán personas más deprimidas y con mayores dificultades; físicas, mentales y espirituales (añado yo).

..........

Hoy me he sentido más feliz porque.......

Hoy me he sentido menos feliz porque......

Puedes terminar la frase tú.

Y ahora.... vamos a reflexionar.

Aquello que has puesto en cualquiera de los dos casos al completar la frase,... ¿tiene que ver solo contigo?... ¿o con algo más,... tal vez externo a ti ?

Piénsalo... y no te mientras a ti mismo.

........

Cada día, está claro que nos sentimos de una manera distinta, así sean nuestras circunstancias, o bien por la forma en que las sentimos y procesamos...

Pero sea como fuere, parece que nuestra felicidad nunca llega a depender únicamente de nosotros. Siempre depende de algo.  Y eso... en mi reflexión, no es bueno.

Ya lo dicen los textos búdicos así como de otras religiones y movimientos espirituales; la felicidad debiera de ser un estado interno, y no una variable que dependa de lo externo.

Y cierto es, que resulta terriblemente frustrante el tener altibajos casi día a día, porque no está felicidad no depende solo de nosotros. En una palabra; no está en nuestras manos.

Si nuestro jefe nos hablo mal; si sacamos malos resultados; si algo "X" no nos sale como quisiéramos, si discutimos con alguien querido, si no alcanzamos a tener lo que deseamos... frustración, en conclusión.

Frustración por esas "malas experiencias" o falta de las mismas... que nos alteran y sacan de nuestro centro.

Muy seguramente la mayoría de nosotros, no hayamos encontrado y mucho menos alcanzado ese centro del que nos hablan ciertas religiones, como un punto de equilibrio, serenidad y paz interior, pero que no logramos ni a vislubrar, y tanto deseamos en nuestro corazon.

A veces ocurre que incluso perdemos nuestro estado, medianamente aceptable de felicidad, sin siquiera saber o ser conscientes de porqué nos ha ocurrido. Simplemente, nos venimos a bajo. Y es entonces cuando yo pienso... ¿cuán profunto y real es nuestra felicidad?

Para mí esa es una pregunta, que en más de una ocasión me he planteado y a día de hoy sigo buscando su respuesta. Bueno, en realidad esa no sería la pregunta clave, ya que soy muy consciente de que no es tan real, ni profunda. Eso ya me lo dice mi corazón.

La pregunta sería, tal vez, ¿cómo lograr un estado de felicidad imperturbable?
¿Cómo ser felices de manera constante y sin alteraciones con subidas y bajadas estrepitosas, casi neuróticas?

No tengo la respuesta, evidentemente. Muchos libros y autores; escritores, pensadores, poetas, maestros, gurús, etc., dicen tener la respuesta a esta pregunta?
Yo después de leer varias teorías, todavía sigo en el mismo punto.  Tal vez porque no me he puesto en serio a "trabajar-me" sobre ello.

Pero a una conclusión he llegado con total seguridad; la felicidad no está más allá de uno mismo. Y siempre que lo buscamos fuera de nosotros, nos veremos frustrados irremediablemente, pues no la encontramos.

...Tal vez ahora piensas que tu pareja te hace muy feliz. Por ejemplo. ¡Y claro que te hace muy feliz!
Nadie ha dicho lo contrario...

Pero...¿y si aquella persona a la que le estás depositando el poder sobre tu  felicidad, un día deja de dártela?... Entonces, ¿qué ocurre?
¿Dónde se encontraba aquella felicidad? ¿Dentro o fuera de ti?

Es así como llego al pensamiento, de que deberíamos no depender en ningún caso de lo externo. Que nuestra felicidad vaya implícita en nuestro Ser. Y lo va... eso es lo que me dicta y me dice el corazón.

Lo que ocurre, es que en nuestra contínua búsqueda de la dicha, seguimos empeñados en encontrarla fuera... en cualquier lugar, persona, o circunstancia. Craso error...

Y ¿no será... llego yo al pensamiento... de qué nos ocurre como a los bebés? Que cuando nos falta amor es cuando "lloramos" (cuando nos ponemos tristes y melancólicos)

Que somos dependientes al amor.
No me sorprende en verdad, pues el hombre siempre tiene algún vicio o necesidad. Sea una cosa, o sea la otra; es una dependencia. ¿O no?

Pero sí que me pregunto...¿somos capaces de amarnos a nosotros mismos lo suficiente como para no necesitar el amor de nadie más?

Y hablo siendo ya adultos y presuntamente  "maduros" (aunque  ¿qué es ser maduro o estár maduro en la vida? Me pregunto).
Poseyendo ahora esta capacidad reflexiva y que cuando éramos pequeños, no disponíamos.

El amor que conocíamos cuando éramos niños pequeños, provenía del exterior... siempre y exclusivamente.

Yo no recuerdo "quererme a mi misma" cuando era pequeña... solo recuerdo que otros me quisieran o no me quisieran. Nada más y nada menos.

Entonces...

¿Será que lo que nos ocurre a las personas... es que somos adictos en cierta manera al amor de otros?
Que no hemos aprendido a amarnos a nosotros mismos, ya que eso es algo que tenemos que aprender en nuestra vida, a partir de cierta edad...¿?

¿Tal vez sea eso?

Que nuestra felicidad varía así nos sintamos más o menos amados... debido a una adicción emocional o dependencia de ese amor...

Seguiré pensándolo...

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