martes, 16 de octubre de 2012

Habla, No Cayes








Habla, No Cayes



El amor no puede sobrevivir solo, sin comprensión.

Por sí solo, el amor es muy tonto; con comprensión, el amor puede tener una larga vida, una buena vida en la que compartir muchas alegrías, muchos buenos momentos, grandes experiencias poéticas. Pero eso solo ocurrirá gracias a la comprensión.

El amor puede darte una breve luna de miel, eso es todo. El entendimiento es el único que te puede dar una profunda intimidad. Entonces, aunque os separéis un día, la comprensión seguirá con vosotros, y será un don de vuestro amor a la otra persona.

Si amas a la otra persona, el único don valioso que puedes ofrecerle es un poco de comprensión.





Cuando falta la telepatía


Normalmente las parejas no se dicen las cosas claramente. (Ni las personas que se aman y se relacionan en general). Esperas que la otra persona lo entienda, y lo mismo le ocurre a la otra persona: cree que tú lo entenderás. ¡Nadie va a entender nada! No hay comunicación, nunca se han expuesto los problemas claramente. Tienes que expresar las cosas de manera clara: ''No me estoy metiendo contigo; tú puedes ser como quieras - te amo y te seguiré amando - pero, y yo, ¿qué?''. Solo así encontraréis alguna forma de resolver las dificultades. Podréis permanecer juntos y mantener vuestra individualidad y vuestra libertad. Si las dos personas se aman realmente, serán capaces de enfrentarse a los problemas. Pero lo que ocurre en realidad es que nunca nos decimos las cosas claras. Siempre esperamos que el otro lo adivine por telepatía. ¡Nadie sabe las cosas por telepatía! La otra persona no es clarividente, tienes que explicarselo claramente: ''Dos y dos son cuatro''. Sin embargo lo que ocurre es que no se habla del auténtico problema.





Por eso amigos, os aconsejo que en vuestras relaciones, sean de la índole que sean, no pongamos ''títulos'' de ante mano, sed abiertos, comunicáos. No esperéis que la otra persona entienda las cuestiones. ¡Cuando ni siquiera se han planteado!. Abrir vuestro corazón, abrir vuestras bocas. Es la única manera de que no surjan los malentendidos que tan a menudo se producen por falta de comunicación.
No calculéis demasiado vuestras palabras. Está claro que procuramos no herir a las personas. Pero hay que aclarar que lo que duele no es el mensaje, sino la forma de verbalizarlo.
Si tienes ganas de decir algo, tal vez doloroso para la otra persona, olvídate de que es doloroso. No lo es. Si las palabras se pronuncian con cariño, con tacto y desde el más profundo amor, el mensaje no es doloroso. Si la otra persona se siente herida está bien; porque lo que se siente herido no es más que el ego y éste no debería existir.

Muchas veces pensamos que es mejor no decir las cosas en el sentido de que puede ser doloroso para la otra persona. Esto es una equivoción muy grande. Sea lo que sea que se quiera decir ha de expresarse, por el bien del entendimiento.
De hecho, es una bendición que se nos haga entender, pues es la única manera de que el otro sea un espejo para nosotros y así poder corregir nuestras posibles fallas.
Y será bien recibido, pues mostrando tus sentimientos y emociones con profundo respeto y amor, no puede producirse nada negativo.
Tal vez la otra persona se enfade y te chille, pero sabe bien, que lo único que es herido es el ego, nada más; las expectativas que éste crea en torno a lo que se desea oir.

En resumidas cuentas, es mejor decir, que no decir. Sean cuales sean las consecuencias.





Paola                                      OSHO  -  Aprende a Amar  -












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